Qué es el design thinking y cómo aplicarlo a la educación
La metodología Design Thinking y sus orígenes
Design Thinking es el anglicismo con el que se conoce a una herramienta que utilizan las empresas para fomentar la innovación de manera exitosa. Su aplicación está permitiendo que numerosas corporaciones mejoren sus resultados, amplíen su cartera de clientes y consoliden su marca.
El Design Thinking apuesta por dejar de lado las soluciones conocidas para hacer frente a los problemas o retos con nuevos enfoques y fórmulas que no habíamos contemplado. La búsqueda de ese punto de vista divergente hace que el proceso sea más abierto, colaborativo y participativo.
En líneas generales podemos decir que el Pensamiento de Diseño logra obtener soluciones creativas para diferentes problemas. Un proceso que consigue involucrar a los usuarios de un producto o servicio para, de alguna forma, convertirlos en actores activos. Así, los productos y servicios son pensados para el usuario y desde el usuario. El resultado, una experiencia mucho más positiva.
¿Te haces a la idea de cómo se aplicaría el Design Thinking en la enseñanza? Antes de responderte a ello, pongámonos en contexto con la siguiente cuestión.
¿En qué se basan las empresas para emplear esta fórmula de pensamiento?
El Pensamiento de Diseño es una metodología que utiliza los mismos mecanismos que pueden emplear los diseñadores para lograr soluciones innovadoras que aumenten el valor de la compañía. Estos instrumentos podrían ser, por ejemplo, la empatía, la observación o la experimentación, tres herramientas que permiten que las empresas puedan tomar sus propias decisiones basándose en las necesidades reales de sus clientes, y no solo confiando en los datos o las estadísticas.
El Design Thinking permite enfrentarnos a cualquier problema desde una perspectiva alternativa desde la que nunca antes se había trabajado. El Pensamiento del Diseño parte de las necesidades de los humanos para conseguir ideas más rápidas y eficientes utilizando ciertos prototipos. Para ello, es necesario obtener el proceso de las manos de los diseñadores y conseguir la participación activa de la comunidad. Porque el diseño se ha convertido en estética, imagen y moda, y lo que esta filosofía pretende es equilibrar la deseabilidad con la viabilidad técnica y económica.
Orígenes del Design Thinking
Aunque el Design Thinking se creó en el periodo de entreguerras por el arquitecto del movimiento Bauhaus Walter Gropius, fue en 2008 cuando se popularizó. Ese año Tim Brown, un profesor de su escuela de ingeniería, publicó en la Harvard Business Review un artículo que versaba sobre esta temática.
Según Tim Brown, Design Thinking "es una disciplina que usa la sensibilidad y los métodos de los diseñadores para hacer coincidir las necesidades de las personas con lo que es tecnológicamente factible y con lo que una estrategia viable de negocios puede convertirse en valor para el cliente, así como en una gran oportunidad para el mercado".
El éxito de Tim Brown
Tim Brown, Diseñador Industrial de profesión, CEO de la consultora IDEO y profesor en la Universidad de Stanford, es considerado el maestro del Design Thinking. A lo largo de su carrera ha promovido este método estratégico con el pleno convencimiento de cómo este enfoque logra la satisfacción de las necesidades de las personas.
La consultora IDEO, compañía que brinda servicios de consultoría en innovación fue, por supuesto, la primera compañía en utilizar esta técnica con fines lucrativos. Poniendo en práctica los beneficios de este enfoque lo ha llevado a trabajar junto a algunas de las marcas más importantes del mundo, creando el primer mouse para Apple, por ejemplo.
Así es como la filosofía de Brown ha llegado a las más altas esferas del mundo de los negocios, pues frecuentemente participa en eventos de gran relevancia, como el Foro Económico Mundial, en Davos, o las charlas TED con las que pretende inspirar a empresarios de todo el mundo.
En el siguiente vídeo puedes ver una de sus charlas más recordadas:
El Design Thinking, al igual que la creatividad y la innovación, eran competencias destacadas únicamente por ciertas empresas durante las décadas anteriores. Sin embargo, a día de hoy la situación ha variado hasta considerar esta metodología como uno de los pilares básicos de toda organización. El mundo de los negocios se ha rendido a los pies del Pensamiento de Diseño, ya que este concepto puede aplicarse de forma eficiente a productos, servicios y procesos. Y eso es algo que podemos aprovechar en muchos sentidos más allá de los negocios.
Un método para afrontar los retos con un enfoque divergente
“Ok, Houston: we’ve had a problem here”. Cuando el astronauta del Apolo 13 Jack Swigert pronunció esta frase en 1970 a más de 320.000 kilómetros de la Tierra puso en marcha sin saberlo un método de resolución de problemas casi inédito en ese momento.
En la actualidad está demostrado que se ha convertido metodología híper funcional con múltiples aplicaciones prácticas y, en esencia, en uno de los pilares del Bootcamp UX/UI Design de Ironhac.
Una de las ventajas de esta metodología es que su propia naturaleza lo sitúa como una herramienta transversal y multidisciplinar aplicable a una gran cantidad de procesos:
- Diseño y creación de productos y servicios orientados a satisfacer las necesidades del usuario.
- Configuración de una UX satisfactoria en el mundo del desarrollo web.
- Definición de propuestas de valor y mensajes clave en estrategias de marketing.
Por qué emplear el Design Thinking en educación
Como consideraba Tim Brown, es necesario combinar el pensamiento analítico con el pensamiento creativo para generar soluciones más eficaces, apelando para ello a la sensibilidad y los recursos de los diseñadores. Pero, ¿por qué en el ámbito educativo?
La vida de hoy en día necesita emprendedores, la educación renovarse y los docentes aprender las técnicas necesarias para formar a los trabajadores del mañana.
En un mundo que se vale de la tecnología para resolver asuntos cotidianos, es interesante considerar cómo la metodología Design Thinking puede formar a estudiantes más creativos y competentes. Sobre todo teniendo en cuenta que sistema expositor-receptor ha quedado obsoleto en las aulas del siglo XXI, donde se requiere de estudiantes capaces de hallar soluciones innovadoras a antiguos problemas, así como generar sus propias inquietudes respecto a nuevos problemas.
Queremos crear emprendedores, pero en las aulas en las que estos se forman el sistema es todo lo opuesto a innovador. Profesores que hablan, alumnos que escuchan y repiten en sus hogares lo aprendido, pero que no tienen la capacidad de controlar su proceso de aprendizaje.
Como hemos comentado, el Design Thinking lo que propone es alinear las necesidades de las personas con aquello que es tecnológicamente posible en la era actual. Para ello es imprescindible el empleo de elementos visuales que acaparen la atención de los estudiantes y los impulsen a resolver en equipo.
Encontrar alternativas que nunca habían sido evaluadas es su principal objetivo. ¿Qué sugiere este enfoque para llevarlo a la práctica? Los estudiantes realizarán diagramas, mapas conceptuales, carteles de post it o dibujos que favorezcan la interpretación de los conceptos que se trabajan y la colaboración. Así, a través del pensamiento lógico, el aprendizaje por error y la aplicación contextual, los estudiantes reflexionarán constantemente sobre su práctica, permitiendo la mejora continua en los resultados.
Las ventajas del Pensamiento de Diseño en el aula
Los estudiantes lograrán adquirir capacidades únicas mediante el pensamiento de diseño.
Los alumnos necesitan procesos individuales, adaptados específicamente a sus necesidades y no métodos encasillados en una sola realidad educativa genérica que no aplica correctamente a todos los tipos de estudiantes. Ante esto, los docentes pueden valerse del Design Thinking para generar estas estrategias y así brindar a sus alumnos una mejor experiencia dentro del aula. Al hacer esto, los alumnos comenzarán a:
- Desarrollar una mentalidad de solucionadores de problemas, analizando constantemente las diferentes variables para llegar a la mejor de las soluciones.
- Se comprometen con sus acciones en el aula, buscando siempre las mejores formas de aprender.
- Comprenderán que son dueños de su aprendizaje, y que por ello deben trabajar. Así, pondrán más compromiso con sus tareas.
- Se vuelven más sensibles a las problemáticas de otras personas.
- Desarrollan un mayor grado de empatía y de humildad, partiendo de su propio esfuerzo para aprender a valorar el de otros.
- Incrementan su curiosidad por aprender más y conocer el mundo.
- Aprenden a trabajar en equipo, a sumar voluntades en busca de un fin común.
¿Qué puede aportar el Design Thinking a los estudiantes de MBA?
Con el auge de la comunicación digital, la globalización del comercio y los continuos cambios en las nuevas tecnologías, las escuelas de negocio también presentan la necesidad de renovar continuamente estos programas para formar estudiantes más capacitados. Las empresas tienen cada vez retos más difíciles de superar y los centros educativos deben apostar a algo más.
La aplicación del Design Thinking en el campo de los MBA podría ser finalmente la solución que necesitan. Si los estudiantes aprenden a pensar con el Pensamiento de Diseño como bandera, los egresados de estos programas de negocio serán capaces de ofrecer a sus clientes una verdadera innovación, con soluciones inesperadas y completamente útiles.
Herramientas de la metodología para ponerla en práctica
Te explicamos las claves de la metodología Design Thinking para el aula, los emprendimientos, las empresas o en tu vida cotidiana.
¿Dónde se utiliza?
- Empresas:
- Resuelve problemas reales de los usuarios
- Permite identificar el punto débil del negocio
- Educación
- Incentiva la colaboración a través del brainstorming y la participación activa
- Forma estudiantes comprometidos capaces de encontrar soluciones en contexto
- Emprendimientos
- Facilita la gestión de recursos para minimizar los riesgos económicos
- Actúa como sondeo de opinión entre el público objetivo para ofrecer un producto o servicio demandado.
Hay 5 pasos básicos para aplicar un Design Thinking en cualquier contexto:
¿Qué estrategias utilizar para llevar el Design Thinking a los estudiantes?
La figura del docente es clave para llevar a cabo esta metodología en educación, ya que deberá dinamizar los procesos y guiar a los estudiantes con objetivos claros en cada una de las fases del Pensamiento de Diseño. De este modo, el profesor no desaparece como mediador, sino que cambia su rol de expositor para transformarse en un mentor que reparte las tareas y mantiene la energía del grupo para asegurar una actitud proactiva hacia los contenidos del plan de estudios.
En ambientes educativos, el procedimiento a seguir es el que te indicamos a continuación:
1. Descubrir el problema en grupo: ¿A qué desafío me enfrento?
Durante la primera fase o fase de descubrimiento, los estudiantes comprenderán los desafíos a los cuales se enfrentan. Será indispensable tanto la empatía del docente hacia el grupo como entre los propios compañeros, teniendo en cuenta que el profesor jamás debe definir el problema sino que partirá del grupo. El brainstorming es una herramienta adecuada para esta línea de pensamiento, evitando ridiculizar las ideas más absurdas para que la propia práctica desmantele su viabilidad y los estudiantes se involucren con su aprendizaje.
2. Seleccionar los materiales de estudio más adecuados.
En la fase de interpretación, los estudiantes seleccionarán los datos que les servirán para resolver el problema. Requiere discernir sobre la pertinencia de los materiales y su relevancia en relación al problema, tornándose una etapa de discusión.
3. Compartir ideas orientadas a la resolución
A continuación deberán idear un plan de acción en base a las opciones que manejan, en orden de prioridad y siempre en un contexto colaborativo.
4. Implementar las mejores ideas obtenidas del proceso anterior
Para la cuarta fase, tendrán que experimentar los caminos que votaron en la etapa anterior para saber si realmente funcionan. Es un momento de aprendizaje sobre el error para fomentar la búsqueda de alternativas.
5. Recibir la devolución del docente y mostrar los resultados a la audiencia en RRSS o ferias científicas.
Finalmente evolucionarán hacia la solución natural del problema, partiendo de la innovación. Serán incentivados a encontrar otros caminos, plantearse qué más pueden lograr y compartir sus hallazgos con la sociedad. El reconocimiento ajeno es fundamental para que una actividad cobre importancia, pues psicológicamente es saludable que los demás nos feliciten por nuestros logros para seguir experimentando. En esta última fase, el profesor evaluará en concordancia con lo que se espera de los estudiantes en un ejercicio de Design Thinking.
Aplicar el Design Thinking en tu vida cotidiana
Pon en práctica el Design Thinking en tu vida cotidiana para hallar alternativas que permitan desenvolverte mejor en tu trabajo, tus estudios y hasta ayudarte a proyectar aspiraciones personales.
1. Visualizar el problema
Identifica los aspectos clave del problema cotidiano que deseas desarmar y define los patrones que están truncando su resolución. Puedes dibujarlos en papel para comprenderlos desde otra perspectiva, descubriendo aspectos que no estaban tan claros cuando lo pensabas abstractamente. Otra idea similar es escribir el problema contándolo como un cuento, armando una lista de palabras relacionadas o una lluvia de ideas con el concepto central en un globo y las vertientes expresadas en flechas que surgen a partir de él.
2. Invertir tus pensamientos
Convierte una negación en una afirmación positiva que cambie la perspectiva de abordaje, una estrategia para pensar a la inversa y decidir qué aspectos priorizar. Por ejemplo, si estás analizando cómo afrontar una reunión de trabajo sobre un tema que te involucra, piensa en todo lo que no deberías decir para extraer cuál es la información pertinente. Cambia la formulación de las preguntas para generar nuevas formas de plantear un disparador.
3. Lanzarse al riesgo
Cuestiona las hipótesis para romper los estereotipos y elabora ideas que estén fuera de la caja. El Design Thinking se caracteriza por enfatizar en el aprendizaje durante la práctica, de modo que la experimentación es más importante que el riesgo. Solo se puede innovar si se asume la posibilidad del fracaso, sintiéndose cómodo ante la perspectiva de que la resolución no sea la esperada.
4. Llevar un diario
Por extraño que parezca, escribir un diario que funcione como monitoreo de tus actividades cotidianas es una forma de determinar cuáles te inyectan energía, cuáles la drenan y cómo te afectan. Tómate el trabajo de registrar tus actividades más importantes durante unas semanas, escogiendo aquellas que te entusiasman y las que te aburren o cansan, de modo que veas cómo puedes mejorarlas, modificarlas o incluso suprimirlas. Utiliza el diario como tu medidor de energía para aprovechar al máximo cada día.
5. Pensarse en varios escenarios
Consiste en un ejercicio de proyección que implica pensar varias alternativas para el futuro. Escribe distintos caminos o escenarios en los que te encontrarás durante los próximos 5 años, volcando tus aspiraciones tanto profesionales como personales. El objetivo es comprender que tu vida podría tomar diferentes rumbos pero serías feliz en todos ellos si sabes aprovechar las oportunidades. Es un mecanismo para evitar arrepentimientos cuando una decisión vira la dirección de tu vida, comprendiendo que puede ser la piedra de toque para una nueva trayectoria.
¿Ya sabes cómo aplicar el Design Thinking en educación y en todos los ámbitos de tu vida cotidiana? Déjanos un comentario y cuéntanos las experiencias que más se asemejan a este método.
Fuente: Qué es el design thinking y cómo aplicarlo a la educación
Leave a Comment