¿Qué es el método Montessori y cómo aplicarlo en casa?


El método Montessori es una propuesta pedagógica cada vez más integrada en aulas de todo el mundo. Los profesionales de la enseñanza valoran muy positivamente las ventajas que este sistema aporta a la formación del niño. Los principios Montessori procuran fomentar el amor por el aprendizaje para toda la vida y también pueden ser aplicados en el hogar.

Escuelas privadas y públicas de cualquier ubicación geográfica confirman el éxito y la aceptación del método Montessori. ¿Cómo surge esta metodología?

María Montessori

Este sistema pedagógico parte de los estudios de María Montessori, la primera mujer en lograr un doctorado en Medicina en una universidad italiana. Durante la primera mitad del siglo XX, la investigadora dedicó sus esfuerzos a desarrollar un método de enseñanza que estimulara las capacidades de aprendizaje de los niños.

La Dra. Montessori emprendió esta tarea gracias a sus contactos con la psiquiatría. La científica siempre estuvo muy interesada en el estudio de los niños con necesidades especiales. Pronto advirtió que los problemas que experimentaban estos alumnos no tenían mucho que ver con sus perfiles médicos. En cambio, constató que las dificultades de estos niños estaban estrechamente relacionadas con cuestiones pedagógicas.

María Montessori pasó años investigando y finalmente abrió una ‘Casa de niños’ en Italia y comenzó a poner en práctica sus teorías.

Principios del método Montessori

Cada vez son más los padres que se interesan por integrar, también en el hogar, esta fórmula para estimular la educación de sus hijos. Para ello, resulta imprescindible llegar a comprender cuáles son los principios en los que se basa el método Montessori.

Aprendizaje individualizado 

La enseñanza debe adaptarse a las necesidades e intereses individuales de cada niño. Los padres deben observar a sus hijos y reconocer cuáles son esos intereses y necesidades que mueven a cada uno de ellos en particular.

La mente absorbente 

Montessori concluyó que, lejos de ser el periodo universitario, el momento más importante para el desarrollo del niño coincide con la etapa que va desde su nacimiento hasta los 6 años. Durante esta fase, el cerebro del niño lo absorbe todo, como una esponja. Los padres deben aprovechar estos años en que el aprendizaje se realiza de forma natural.

Los periodos sensibles

Existen etapas en las que los pequeños se muestran más inclinados a aprender determinadas tareas. En esas fases de intensa sensibilidad, la asimilación se produce de una manera muy ágil, divertida y perdurable. Tras ese periodo sensible, el interés del niño decae. 

Sin embargo, durante los periodos sensibles, los progenitores observarán que su hijo repite, casi obsesivamente, una misma actividad. Hay que aprovecharlo, es el momento en que su cerebro está dinamizando el aprendizaje de algo para lo que está genéticamente predispuesto.

Libertad de aprendizaje

Hay que procurar que el niño se desenvuelva en un ambiente seguro. De este modo, se le podrá permitir explorar con plena libertad. El aprendizaje del niño debe estimularse con la independencia. El propio pequeño debe autodirigir su ejercitamiento. El adulto solo supervisa.

La vida práctica

La enseñanza no debe estar focalizada únicamente en conceptos académicos. El niño debe adquirir habilidades que le ayuden a desenvolverse en su vida cotidiana. Los preescolares tienen que practicar para poder vestirse, asearse, poner la mesa, limpiar el entorno, mantener el orden… y los preadolescentes, por ejemplo, pueden ensayar cuestiones económicas, cómo iniciar un negocio, etc. Estas prácticas les servirán para, posteriormente, asimilar con mayor facilidad conceptos abstractos. 

El aprendizaje sensorial

El método Montessori da mucha importancia al estímulo sensorial. Los alumnos también pueden aprender a través de los sentidos. La experiencia a través del gusto, el tacto, el olfato, la vista y/o el oído aumenta sus posibilidades de ser aprehendidas. Los padres pueden obtener más información tomando contacto con el International Montessori Institute.

El entorno 

El hogar debe ser acondicionado adecuadamente. La casa conformará un ambiente apropiado para el niño. Espacios amplios, minimalistas, que no induzcan a la distracción y el desorden. El mobiliario accesible, con estantes a su altura, para que pueda alcanzar objetos, juguetes y libros. Estos deben ser pocos, que se puedan ir sustituyendo a medida que el niño pierda interés por alguno, y ordenados. Los utensilios de aseo y cocina serán reales y acordes a su tamaño. La finalidad es que el hijo se sienta completamente integrado en el hogar.

El ciclo de trabajo

El niño debe trabajar a su ritmo. Los padres no deben interrumpir su ciclo de trabajo. Si el hijo se ha visto atraído por una actividad y está enfrascado en ella, el progenitor no ha de inmiscuirse en la tarea. La función paternal se limita a servir de guía. Es el niño quien marca los tiempos. De esta manera se fortalece su capacidad de concentración.

La satisfacción

Aplicar el método Montessori en casa implica que los padres comprendan que las tareas realizadas no van seguidas de un premio o un castigo. Tampoco se debe fomentar la competencia o instaurar pruebas. Así, el niño se ve estimulado a lograr sus objetivos por el sentimiento de satisfacción que le produce.

El respeto

Los padres deben infundir el sentido del respeto y de la amabilidad en los niños, hacia ellos mismos y hacia los demás. No se debe olvidar que este sistema educativo aboga por una sociedad inclusiva, tolerante y respetuosa con la diversidad.

El método Montessori puede ser aplicable en casa. La familia y el hogar conforman un entorno que, acondicionado adecuadamente, impulsan el aprendizaje de los hijos. El International Montessori Institute ofrece formación y cursos online que capacitan a los padres para aplicar en casa este sistema educativo.



Fuente: ¿Qué es el método Montessori y cómo aplicarlo en casa?

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